SIETE DE ENERO

Domingo 7 de enero. Son las siete de la mañana y cuando miro por la ventana la lluvia golpea sobre la farola de la calle. La luz que desprende la lámpara ilumina el agua que brilla con fuerza sobre la noche.

Dudo si salir a transitar por campos encharcados. Me siento, todavía tengo tiempo de reflexionar. Los compañeros de marcha no llegarán hasta las ocho a la salida señalada. Tengo tiempo. Vuelvo a mirar y parece que se va calmando el temporal.

Decido que se puede intentar. Salgo de casa provisto de varios forros y cubierto de la capa para la lluvia. Comienza a caer más agua pero ya estoy en la calle y decidido a sufrir las inclemencias.

Cuando comenzamos a caminar la noche todavía no ha desaparecido.Somos bultos entre la penumbra, silencios entre el ruido del aguacero.

Poco a poco la luz de la mañana nos va alumbrando y la lluvia también nos da una tregua. Ahora tenemos que tener cuidado con el terreno, empapado, con grandes charcos y lleno de barro. Parce que la excursión va a estar repleta de humedad.

Al alcanzar una cierta altitud, el panorama va cambiando completamente.La claridad de la madrugada unida a la nieve que vamos encontrando en el camino nos ilumina con fuerza, animando la marcha y el espíritu.

Una bocanada de placer se instala en nosotros cuando vamos pisando más nieve, mas blancura. Disfrutamos como niños entre el blanco paisaje y a ratos se nos une el sol para dar al ambiente un mayor atractivo.

Sintiendo el placer de esta mañana, el recuerdo se va a la primera hora. Quien iba a decir que estaríamos aquí, rodeados de blanco, deleitándonos con el recorrido.

Una vez recorridos los pequeños promontorios de la salida, la vuelta a los puntos de destino los hemos realizado con tranquilidad y sosiego. Algunos esforzados todavía han tenido ganas de subir un monte más para terminar la marcha dando un rodeo.

Una mañana magnífica es la conclusión de la expedición.

Hay que tenerlo en cuenta para otras ocasiones. Las caminatas hay que analizarlas siempre al final. Y el final y el principio hay que vivirlo para contarlo.

MENDIGOIZALE EGUNA-2023-12-17

Algunas veces, al repetir las excursiones, alguien se queja y plantea que ya se hizo, que porqué otra vez al mismo sitio, que hay que dirigirse a otras rutas.

Pero la subida a Aralar, que es tradición para los montañeros en los últimos días de diciembre, a pesar de repetirla, siempre es distinta. Se pueden hacer diferentes recorridos para llegar al mismo lugar, el tiempo cada año cambia, unos años nieva, otros llueve, otros el sol nos alumbra el camino dejando en el cuerpo una agradable sensación de plenitud.

Algunos años, el grupo es compacto y parce que subimos en familia, otros hay división de recorridos y los grupos se adelgazan. Y hay otros días como el de este año, en el que por la velocidad de unos y la tranquilidad de otros, nos quedamos por mucho rato de cinco en cinco, y la camaradería se nota en cada paso que da el que tienes delante. ¡ Cuidado con la rama¡ ¡ no pises en esa piedra¡ ¡por aquí mejor¡.

Y una vez en las estancias del santuario, encontrar cada año a las mismas personas, también es una alegría, una tradición que queremos se siga manteniendo para reencontrarte con tu pasado, con la gente que te transporta a otra vida, a otros momentos.

Para rematar, están bien las comidas de hermandad que, aunque no las hemos podido hacer todos los años, y con todos los montañeros, siempre han sido agradables y nos sirven para encontrar un punto de unión más allá de la propia montaña. Así pues, que sigamos manteniendo la repetición anual de subir a Aralar durante muchos años.

Os dejo para el recuerdo las fotos de este día desde el año 2014. Aparecen personas que ya no están con nosotros. Así los recordaremos, y caras nuevas que es como lo vida misma. Nosotros desapareceremos, pero otros seguirán nuestros pasos y el mundo continuará rotando.

https://casero-2.synology.me/FOTOS/mo/sharing/azot0IS69 -2014

https://casero-2.synology.me/FOTOS/mo/sharing/Q0fPq7yUS 2015

https://casero-2.synology.me/FOTOS/mo/sharing/c4NhVN2RK 2016

https://casero-2.synology.me/FOTOS/mo/sharing/fti93t4lB 2017

https://casero-2.synology.me/FOTOS/mo/sharing/kcdhYRYjn 2018

https://casero-2.synology.me/FOTOS/mo/sharing/yNOeHwhBc 2019

https://casero-2.synology.me/FOTOS/mo/sharing/Ya5ccYeIg 2020

https://casero-2.synology.me/FOTOS/mo/sharing/SWEqURQH0 2021

https://casero-2.synology.me/FOTOS/mo/sharing/S981mAa3t 2022

IZAL-OLAGATO-ASPURZ-2023-12-03

La mañana comienza con evidentes signos de frio. El terreno está cubierto con una capa blanquecina, que da al paisaje una glacial impresión.

Pero la vista pronto tropieza con elementos más agradables. Una impresionante cascada de agua nos deleita y otras más pequeñas nos acompañan mientras seguimos el camino marcado. El suave rumor del agua nos conduce durante un tramo del recorrido, y lo vadeamos varias veces para proseguir por terrenos más secos en pos de nuestros destinos.

Las metas de los montañeros siempre son las cumbres, independientemente de lo agreste del paisaje, o de las dificultades que la maleza y el arbolado nos pongan para llegar a ellas. En esta ocasión, las hemos sentido sobre los propios cuerpos. Pero somos incapaces de dejar para otra ocasión el empeño y al final, hollamos las cumbres, aunque ni siquiera sean nombradas por su relevancia en altitud.

Las bajadas suelen ser más duras que las subidas, pero eso lo dejaremos para otro día.

En la cumbre del segundo monte de la mañana, recordamos a un compañero ya más allá de los montes, y ya hasta el final de la expedición nuestro pensamiento en bajar y llegar sin percances y en hora al autobús. Lo primero se cumplió, no tanto lo segundo. A veces el terreno nos impide medir con exactitud lo que nos costará la ruta. Hoy por lo agreste del camino nos ha llevado más tiempo del deseado. Esperemos para próximas salidas acertar más y cumplir un horario adecuado.

MALLOS DE IREGUA-2023-11-26

Hay que saber lo que nos deparará la mañana para ir provistos de la suficiente ropa, del suficiente abrigo para no sufrir las inclemencias que nos puedan visitar mientras transitamos por las montañas.

En esta ocasión, augurábamos un poco de frio iluminado por los rayos del sol. Pero poco después de comenzar a caminar, el frio se ha ido alejando dejando tan solo que el sol nos diera durante todo el recorrido, proporcionando un agradable paseo por los mallos de Iregua.

La radiante mañana nos ha llevado sin castigo por atractivos rincones, por serenas sendas, entre viñas ya marchitas esperando el invierno y entre peñascos que parecen imposibles de escalar. Ya para terminar el periplo del día, un sosegado itinerario al lado del rio, nos ha conducido hasta nuestro destino, el pueblo de Viguera, desde donde se aprecia toda la espectacularidad que emanan los Mallos de Iregua.

LARRAONA-OPAKUA

Si decimos que ayer fue un día magnífico, quizás nos estemos equivocando. Que el sol brille de manera como lo hizo, quizás sea normal para este final de noviembre, pero que el calor se meta en nuestros cuerpos, que los insectos todavía piensen que están en plena reproducción, o que también a nosotros nos despiste en que época del año estamos, no es normal, no es lógico. Vivimos tiempos de cambio climático, y aunque no sabemos que hacer al respecto, al menos tenemos que pensar que esto no es natural.

Pero no somos insensibles y cuando el tiempo fluye de esta manera tan suave y tranquilo, cuando el sol luce en el firmamento con tanta claridad y presencia, cuando el viento no levanta ni una brizna de hierba, tenemos que recrearnos en los paisajes, en los caminos que pisamos, en la naturaleza que se retuerce para ofrecernos vistosas formas .

Perderse entre el follaje, transitar entre rocas cubiertas de musgo que dan un encanto especial al recorrido, y llenarse de color para cuando regresen los días grises, no sentir la nostalgia de estos momentos. Y si eso sucede, volver a vivir los instantes de hoy entre las imágenes que quedarán para la posteridad en los recuerdos y en las fotografías que ilustran el trayecto de este domingo de noviembre.

LA TEJERIA-LEYRE-2023-11-12

Impregnados de otoño, con el color en ebullición, el paseo del domingo se convierte en un disfrute continuo. Perderse entre la hojarasca es encontrar el camino perpetuo, la senda del disfrute, la travesía hacia un mundo de ensueño.

Mirar en derredor mientras transitas por las coloridas veredas, te transporta hacia el destino sin sentir el frio, el calor o el sudor que exhalas cuando vagas por abruptas y pedregosas montañas.

Un rictus de placer va acompañando la marcha entre las penetrantes tonalidades que envuelven el itinerario, haciendo sumamente satisfactorio el lugar elegido para deambular una mañana de noviembre por las inmediaciones de la sierra de Leyre.

ARITZULEGI-ARANTZA-2023-11-05

El sol ha brillado para nosotros esta mañana. La ruta, poblada de pequeñas cimas, ha sido un remanso de paz para el espíritu. Cuando se conjugan las ganas, el tiempo y el terreno no hay excusa, no hay dolor de piernas que impida transitar por las alfombradas colinas, por los verdes parajes que se divisan hacia nuestro destino.

Mirar en derredor con los claros días como el de ayer nos hace más conscientes de que la riqueza está en poder pasear disfrutando del entorno, del deporte y de la compañía.

2023-10-29-RONCESVALLES-FCA.ORBAIZETA

VIENTO

Poner los pies en una montaña requiere un poco de sacrificio. Nosotros lo sabemos y estamos dispuestos a ello, a pesar de las inclemencias del tiempo, de lo largo del camino o de la pendiente que tengamos que salvar.

Pero hay días que la fuerza de la naturaleza nos impide seguir el plan previsto, o al menos, disfrutar de algunas vistas desde alturas alternativas al recorrido.

El viento no solo levanta pasiones, se lleva con su fuerza huracanada todo lo que pilla por delante cuando surge con desatada violencia. Pero nosotros, que no estamos por la violencia, por esta vez hemos dejado que circule sin nuestra presencia por algunas de las cumbres des recorrido.

Tiempo habrá para volver a disfrutar desde esas alturas cuando se calme el viento y a nosotros nos de por volver a recorrer las arterias por las que hemos caminado este domingo de octubre.

IRAGI-ARITZU-2023-10-22

Amanece en Iragi y el frio se mete en las entrañas al bajar del autobús.

Un día de otoño por fin, para andar por los montes sin sensación de sofoco, sin que el calor se hunda en nuestro cuerpo.

El bosque nos estaba esperando para mostrar su verdor junto con las hojas ya marchitas de los árboles que quieren descansar del verano.

Un magnífico día de otoño para transitar por las veredas pisadas por otros antes que nosotros y que esperamos que muchos más las pisen y disfruten.

Hoy nos hemos acoplado al terreno y a la estación y el gozo de la marcha ha penetrado en el espíritu, llevándonos en volandas hasta la culminación del recorrido.

Ya el otoño comienza a dejar sobre los campos su huella. Algunas plantas se van enmustiando, la tierra agrietada espera el alivio de la lluvia anunciada y el sol apenas golpea al amanecer cubierto con un manto de nubes.

Los caminantes apuramos el paso para llegar a destino con estas condiciones tan amigables, y vamos cubriendo los kilómetros deteniéndonos entre las ruinas del castillo de Roita y en las cumbres del día para observar desde los promontorios todo lo que la vista nos ofrece.

En los alrededores pequeños bosques que tendremos que sortear para llegar a destino, y en la lejanía, el pirineo entre pequeñas brumas que se divisa límpido, sin ninguna capa de nieve todavía.

Mirando al cielo, ese otoño prometido todavía se empecina en no aparecer y tan solo las nubes dan una pequeña apariencia, pero el calor se instala en las postrimerías de la marcha y llegamos sudorosos en busca de la recompensa del día. Beber y comer en buena compañía.