AZANZA-OCHOVI

Seguimos recorriendo la Cuenca. Una mañana primaveral que presagiaba tormenta, pero que no ha terminado de reventar. Un paisaje conocido, recorrido muchas veces, pero que siempre es distinto por el clima, por las fechas y por la compañía. Una compañía muy acoplada, que nos ha permitido transitar sin pausa intentando recorrer el itinerario en el menor tiempo posible y a la vez disfrutar de la propia caminata.

Hoy pocas palabras, pocas fotos para el recuerdo. Tan solo las necesarias para revivir los momentos que quedarán en la memoria de otro recorrido, de otra mañana por los montes de nuestra cercana tierra.

CIEN AÑOS-CIEN CIMAS

100 Años ya desde que se organizara la federación vasconavarra de montaña. 100 cumbres holladas este fin de semana por los componentes de otros tantos clubs para conmemorarlo.

Los de Amaya hemos realizado nuestra cima entre el verdor de los campos adyacentes. El panorama divisado ha sido extraordinario, lleno de matices de los montes cercanos,y de alguno lejano, entre nubes amenazantes de tormenta que dejaban intuir todavía la nieve cubriendo sus caminos.

El Behorlegituturru nos ha sorprendido a los que no lo conocíamos, por su belleza escultural desde la distancia. Una pirámide entre sombras antes de que el sol la iluminara.

La subida, al principio suave, se ha tornado escarpada y pendiente en los últimos tramos. Además por el lado desde donde la hemos ascendido, nos ha ido ocultando la cima, como coqueteando con los montañeros. Ahora, pero no. Aun quedan unas piedras más. Y otras más y otras más, hasta que por fin primero una cruz y después una bellota nos han dado la bienvenida..

Una vez realizadas las fotos de rigor, y las otras, el refrigerio correspondiente para reponer fuerzas, la bajada por el lado contrario a la subida nos ha deparado unas pisadas suaves entre la hierba, sobre un camino largo y ligeramente en bajada, que nos sorprendido gratamente al permitir recrearnos en el paisaje.

Unas últimas pisadas por un verdoso bosque nos han conducido de nuevo hasta el autobús, para retornar.

Un día que por la belleza del paisaje y por la onomástica del evento, quedará grabado en nuestro recuerdo como algo muy especial para contar y rememorar.

SALINAS DE ORO-BIDAURRETA

Despejado está el horizonte. Sobre los verdes campos la luz matutina eleva el espectáculo, nos trasporta y nos hipnotiza. Tan solo dejamos de mirar en la lejanía para seguir las sendas que nos llevan a nuestro destino, a subir y seguir mirando desde las alturas el panorama que se extiende a nuestros pies.

En días que la luz lo permite, el gozo siempre es múltiple. Disfrutamos de las vistas, de los propios caminos y las subidas se muestran más asequibles, a unos pasos y como este domingo, también a unas manos para agarrar los salientes que nos permiten escalar esos metros que en otra situación parecerían imposibles.

Hoy, una mañana despejada de primavera hemos cargado la energía necesaria para seguir sintiendo y viviendo, en espera de las próximas metas, que nos harán de nuevo sentir y vivir.

2024-04-14-TXINDOKI

Algunos montes se resisten un poco, se hacen rogar, y en la mente se instala un deseo irrefrenable de conquistarlos.

Así ha sido con este mítico monte guipuzcoana de Txindoki. Las veces que he estado cerca, sobre todo por causas atmosféricas, no he sido capaz de alcanzar su cumbre. Pero ayer, un día veraniego en mitad de la primavera, por fin ha sido conquistado.

Algunas personas cuando lean esto les parecerá una tontería, una batalla menor que no tiene importancia. Pero cada uno va viendo sus límites y la alegría de subir a ciertos montes se cuela hasta la médula y produce un bienestar durante muchos días.

La vida queramos lo o no, se va marchando poco a poco y vivir las aventuras que uno pueda, sin destrozarse en ellas, es lo mejor para seguir viviendo y sintiendo. Y la próxima semana a por otros montes y a disfrutar como siempre en compañía.

AURTITZ-MENDAUR-ARANTZA-2024-03-03

Bajo un manto de agua, lluvia, nieve y viento, los esforzados montañeros suben por las aristas, por los caminos, por donde haga falta, para llegar hasta destino.

Una mañana marcada por diversos paisajes nos ha acercado hasta el Mendaur, la lluvia al principio parecía que nos iba a condicionar la marcha, pero cesaba a ratos y a ratos volvía, dejando contemplar de vez en cuando las verdes sendas, las impresionantes cascadas fruto del agua caída estos pasados días, los oscuros panoramas en la lejanía con sus tenebrosos cielos.

A medida que la altitud se nota en las piernas, también el paisaje cambia. La pequeña capa blanca al principio, se torna en blanco inmaculado; la nieve lo impregna todo y rachas de fuerte viento levantan las capas caídas y nos golpean el rostro con virulencia. Pero al final, como casi siempre, logramos el objetivo y hacemos cumbre entre la niebla, la nieve y el viento.

En estos parajes, la distancia entre la odisea y el reposo, está a pocos metros. Tan solo con bajar un poco, lo que parecía no tener fin, se diluye en caminos suaves, acogedores y transitables. Tan solo rotos de vez en cuando por furtivas rachas de lluvia y viento.

Al final del recorrido, como siempre, lo realizado tan solo es una parte del pasado, un recuerdo en el cuerpo, en la mente, y si hay suerte, en las imágenes que hemos sido capaces de realizar a pesar de las inclemencias del tiempo. Pero somos así, dispuestos a transitar el próximo día por terrenos de cualquier tipo. Porque lo que nos atrae, lo que nos motiva, es andar, subir y llegar hasta donde nos propongamos.

SABAIZA-2024-02-25

La mañana ha amanecido golpeando ligeramente el asfalto y los caminos. Un manto de fina niebla nos ha acompañado también para poner un poco de dificultad en esta ruta que se esperaba suave y tranquila

Pero estamos hechos a todo y no nos amedrenta la lluvia, la niebla o la nieve. Nuestro deseo es caminar, subir por las sendas y descubrir la naturaleza a golpe de bota.

Estas condiciones climatológicas no te permiten disfrutar al cien por cien de el paisaje, la fotografía se vuelve más complicada y la charla se desdibuja, se pierde entre la bruma. Más no nos importa, sabemos que cada día puede cambiar, que donde hoy llueve mañana escampa y hay que transitar por donde toca y con las condiciones que surgen.

Al final, una vez sentado cómodamente, la memoria es capaz de recrear la vivencia del día y trasladar a tu cerebro los mejores momentos del día. Lo mejor de la mañana se volverá a revivir en la imaginación y vibrarás de nuevo recordándolo

TORRECILLA EN CAMEROS-2024-02-11

Una pizca de nieve nos ha seducido por las estribaciones de Torrecilla en Cameros. La luz proveniente de un cielo casi despejado del todo, nos ha brindado una caminata serena y tranquila. La claridad de la mañana es seductora, trasmite alegría y ganas de andar, de pasear y fotografiar el horizonte, o las pequeñas flores que ya comienzan a despuntar, como algunos narcisos. También esos cuadrúpedos tranquilos que mientras no te acerques demasiado se dejan retratar pastando indiferentes.

Cuando se disfruta del día, apenas quedan retazos de palabras en la mente para definir los momentos vividos. Se quedan impregnados en la mente y se distribuyen como un torrente por todos los poros de la piel.Además, si el día termina con una buena y agradable comida en compañía, el gozo ya es indescriptible.

Poco más pues de este día que es de los que siempre se quieren repetir.

LABIANO-3ªETAPA VUELTA A LA CUENCA

Un manto de niebla nos ha recibido al bajar del autobús. Las caras de frio se contraen en esta mañana invernal, pero es un espejismo. Poco a poco la niebla se va desdibujando conforme subimos un poco, hoy muy poco, y el manto se queda a nuestros pies, mientras transitamos por las estribaciones de la sierra de Tajonar.

El calor poco a poco se adueña de nuestro cuerpo, aunque algunos nos resistimos a despojarnos de todas la capas que llevamos encima.

Unas fotos de la niebla sobre el valle, el desplazamiento suave sobre los caminos marcados, el almuerzo y cruzar la civilización para de nuevo sobre los caminos llegar al punto de destino.

Hoy la marcha ha terminado para algunos, sobre las 12 de la mañana. Otro grupo ha estirado el recorrido hasta Subiza, donde nos hemos relajado esperando la vuelta de ese grupo.

Poco más de si nos ha dado la mañana. Estando tan cerca de casa incluso hay quien ha optado por seguir su propio camino y llegar por sus medios

Estas marchas tan próximas a Pamplona están siendo un tanto extrañas. Si el tiempo se porta como este domingo se quedan cortas, y si las condiciones climáticas cambian, hay nieve, barro y hielo, la pesadez se adueña de nosotros, modificando tanto el recorrido que parece que estamos en otras latitudes.

A ver que nos depara la próxima salida por la cuenca. De momento para el siguiente domingo tenemos más lejanía, diferente paisaje y todo el día para caminar y charlar mientras comemos en compañía.

UZKITA-OLLETA

Finales de enero de 2024, la luz de la mañana nos trae reminiscencias de primavera a pesar del panorama nevado de los pirineos.

Algo más de mil metros mas abajo, la nieve que inundó los primeros días de enero el paisaje, ha desaparecido. Nos quedan todavía las ramas desnudas de los árboles para saber en que época estamos, pero en el cuerpo se nos aloja un halo de tristeza por ver como poco a poco el clima se calienta y nos deja horizontes en color donde debieran ser blancos .

Pero la ambivalencia de nuestros gustos, nos lleva a disfrutar de la mañana como si el tiempo no contara, como si estuviéramos en una indefinición climática, en una estación indeterminada.

Pasear con el sol sobre nuestras cabezas, y ver en la lejanía todo el horizonte que nos queda por recorrer, nos lena de gozo, nos lleva en volandas por las pistas y caminos que hemos elegido para la ocasión.

Después de subir a cuatro o cinco cotas, almorzar con el calorcito del sol y bajar hasta destino, nos ha dado tiempo de tomar el aperitivo antes de regresar con buen humor y recluirnos en nuestras casas.

Una mañana de invierno hecha primavera. Veremos que nos depara el próximo domingo.

BIOTZA-SAN ROMAN

Hay veces que tu cerebro está procesando una cosa y la realidad no tiene nada que ver. Cuando disparé para captar la instantánea de la portada, mi mente solo veía una montañera solitaria entre las rocas y las montañas del fondo enmarcando su figura anónima entre el recorrido y las lejanas cimas.

Pero al ver el resultado me encuentro no con más montañeros, sino tan solo con sus sombras que llenan el encuadre de tal manera que es imposible interpretar como soledad la caminante, a pesar de que es tan solo una persona la que aparece en movimiento.

Hay días que queremos estar solos en nuestro mundo, caminar con gente pero vivirlo en la intimidad, en un aislamiento casi virtual, cerca, pero lo suficientemente lejos como para sentir un retiro personal.

Ayer, además de estas sensaciones, tuvimos otras, más mundanas, más de tierra. El frio que penetraba al principio, se fue evaporando cuando el sol hizo su presencia. Saboreamos las pequeñas cumbres de la jornada con el ánimo inflamado, más propio de la primavera que del invierno. La luz provoca una euforia que nos llena de energía como si fuéramos también simples elementos necesitados de recarga, pequeñas piezas de un puzle que alguien ajeno las coloca sobre el terreno y les insufla vida.

Ayer vivimos otra ruta más, otro día recorriendo un perfil sinuoso que nos reportó un poco más de alegría, para continuar haciendo lo que nos gusta. Marchar por la montaña y disfruta de la naturaleza en buena compañía.