Amanece entre nieblas, la mañana se presenta fresca pero poco a poco el sol ilumina nuestros rostros y da al ambiente un poco más de calor. Paseamos por alfombras de hierba, por caminos llenos de otoño, entrando poco a poco en la penumbra invernal.
Las hojas llenan más los caminos que los árboles, el ruido al pisarlas se transmite al entorno y llenamos el bosque de bullicio.
Las vistas en la lejanía nos alegran el espíritu, nos llenan de gozo al ver esa línea de picos entre entre el cielo y los campos. Los pirineos nos seducen con sus formas.
Hoy, otro día más entre las praderas, los montes y los caminos de Navarra, hemos disfrutado del entorno y del descanso al llegar a nuestra meta.
Como antigua compañera de montaña Amaya, mis condolencias a todos. Y aunque he trasladado mi pésame a Asun y a…