mayo 24, 2025

Apenas unas briznas de luz nos iluminan el camino en esta oscura mañana de invierno. La cámara dice que suba el ISO, que le dé más luz al objetivo, que busque la claridad para trasladar la escena al sensor. Y espero, en poco tiempo el albor dará paso al brillo mañanero, aunque difuminado por las nubes que pueblan el horizonte.

En poco tiempo la claridad ya permite fotografiar  las cuestas que vamos poco a poco subiendo y bajando, las lomas y piedras que jalonan el camino, o la senda que tenemos que realizar nosotros tras pisar por terrenos vírgenes, ya que la tierra resbaladiza que nos dirige es traidora y está al acecho de una mala pisada, de un descuido.

Pero poco a poco, tras las cuestas, los resbalones y el barro, divisamos el final, y con el semblante húmedo pero satisfecho, recorremos el último tramo, hasta llegar sin percances y con la satisfacción, las fotografías y la energía, más llenas que al principio de la marcha.

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