La rutina de estos días festivos, llenos de comida excesiva, nos ha dejado el cuero trastocado, necesitado de movimiento, de visión más allá de los polvorones.
Pero todo llega. El retorno a las salidas ya está en marcha, ya podemos disfrutar de la naturaleza aunque sea como ayer, bajo una pequeña, machacona y persistente llovizna.
No nos impidió transitar por las cercanías de Pamplona, pero introdujo un punto de respeto por las pequeñas cumbres plagadas de caminos embarrados y resbaladizos.
Fue una mañana pasada por agua, pero dichosa por volver a sentir en la piel la sensación de libertad, la sensación de la naturaleza.
Como antigua compañera de montaña Amaya, mis condolencias a todos. Y aunque he trasladado mi pésame a Asun y a…