Dos personas, dos fotógrafos, dos visiones diferentes de un día por las montañas de Aguilar del rio Alama.
2024-03-24
Hoy los caminos se nos han llenado de piedras. Piedras milenarias para contemplar y construir el pasado, para comprobar de donde procedemos, como eran los habitantes de estas tierras, con qué contaban para vivir y como fue su paso por este mundo.
Y otras piedras desparramadas por los caminos, por donde seguimos transitando, esta vez por placer, por diversión. Por conocer los montes, las veredas, y disfrutar del entorno en un día primaveral de estos últimos días de marzo.
Poco más que reseñar. La marcha tranquila y agradable, y el final armonioso, y dicharachero alrededor de la comida.
Y por supuesto las fotografías para recordar lo que vivimos, unos y otros, y así compartir momentos, recuerdos y vida.
BELASCOAIN-AZANZA-2024-03-17
Hoy tocaba una ruta exigente para ser una mañanera. Pero el tiempo, las condiciones climatológicas, nos han ayudado a pasear por el itinerario marcado sin grandes dificultades. Tan solo una cuesta casi al final se nos ha atragantado un poco. Pero son los imponderables del camino si se quiere transitar hacia ciertas cimas y por unas vías determinadas.
Poco más que añadir a una mañana calurosa, tranquila y relajada en que nos hemos sentido como peces en un mar en calma nadando con la corriente.
En otro aspecto, he estado a punto de perder las fotografías de la marcha, pero con un poco de paciencia y ayudado de la tecnología de recuperación, puedo añadir un día más los momentos captados, los instantes que se volverán inmortales si somos capaces de guardarlos para la posteridad, aunque con tal cantidad de información visual, quizás sea una quimera y acaben estas imágenes perdidas en una maraña de recuerdos que no digan nada, que sean pasto del olvido, como nosotros seremos en unas cuantas generaciones más.
CIRAUQUI-GARISOAIN-2024-03-10
No siempre los medianos y grandes montes son los que ponen en dificultad el transitar en busca del objetivo. Hay veces que pequeños promontorios, terrenos embarrados y llenos de maleza producen un efecto parecido a subir grandes cotas. La aventura montañosa aparece a la vuelta de cualquier subidita que se empine y que resbale, que cueste esfuerzo mantener la verticalidad del cuerpo. Ayer, algunos sucumbimos al encanto resbaladizo de los caminos y cogimos la horizontal por ver desde otra postura más animal el resto de la ruta. Una ligera lluvia que no llegó a mojar las ganas de continuar, nos acompañó intermitentemente, para dar paso al final del trayecto a un tímido sol que permitió disfrutar de algunas vistas en la lejanía. Una mañana diferente que también quedara grabada en la memoria de los montañeros.
Como cada año por estas fechas, al terminar la jornada nos dividimos entre los comensales de sidrería y los de otras opciones para disfrutar también de la mesa en compañía.
AURTITZ-MENDAUR-ARANTZA-2024-03-03
Bajo un manto de agua, lluvia, nieve y viento, los esforzados montañeros suben por las aristas, por los caminos, por donde haga falta, para llegar hasta destino.
Una mañana marcada por diversos paisajes nos ha acercado hasta el Mendaur, la lluvia al principio parecía que nos iba a condicionar la marcha, pero cesaba a ratos y a ratos volvía, dejando contemplar de vez en cuando las verdes sendas, las impresionantes cascadas fruto del agua caída estos pasados días, los oscuros panoramas en la lejanía con sus tenebrosos cielos.
A medida que la altitud se nota en las piernas, también el paisaje cambia. La pequeña capa blanca al principio, se torna en blanco inmaculado; la nieve lo impregna todo y rachas de fuerte viento levantan las capas caídas y nos golpean el rostro con virulencia. Pero al final, como casi siempre, logramos el objetivo y hacemos cumbre entre la niebla, la nieve y el viento.
En estos parajes, la distancia entre la odisea y el reposo, está a pocos metros. Tan solo con bajar un poco, lo que parecía no tener fin, se diluye en caminos suaves, acogedores y transitables. Tan solo rotos de vez en cuando por furtivas rachas de lluvia y viento.
Al final del recorrido, como siempre, lo realizado tan solo es una parte del pasado, un recuerdo en el cuerpo, en la mente, y si hay suerte, en las imágenes que hemos sido capaces de realizar a pesar de las inclemencias del tiempo. Pero somos así, dispuestos a transitar el próximo día por terrenos de cualquier tipo. Porque lo que nos atrae, lo que nos motiva, es andar, subir y llegar hasta donde nos propongamos.
SABAIZA-2024-02-25
La mañana ha amanecido golpeando ligeramente el asfalto y los caminos. Un manto de fina niebla nos ha acompañado también para poner un poco de dificultad en esta ruta que se esperaba suave y tranquila
Pero estamos hechos a todo y no nos amedrenta la lluvia, la niebla o la nieve. Nuestro deseo es caminar, subir por las sendas y descubrir la naturaleza a golpe de bota.
Estas condiciones climatológicas no te permiten disfrutar al cien por cien de el paisaje, la fotografía se vuelve más complicada y la charla se desdibuja, se pierde entre la bruma. Más no nos importa, sabemos que cada día puede cambiar, que donde hoy llueve mañana escampa y hay que transitar por donde toca y con las condiciones que surgen.
Al final, una vez sentado cómodamente, la memoria es capaz de recrear la vivencia del día y trasladar a tu cerebro los mejores momentos del día. Lo mejor de la mañana se volverá a revivir en la imaginación y vibrarás de nuevo recordándolo
TORRECILLA EN CAMEROS-2024-02-11
Una pizca de nieve nos ha seducido por las estribaciones de Torrecilla en Cameros. La luz proveniente de un cielo casi despejado del todo, nos ha brindado una caminata serena y tranquila. La claridad de la mañana es seductora, trasmite alegría y ganas de andar, de pasear y fotografiar el horizonte, o las pequeñas flores que ya comienzan a despuntar, como algunos narcisos. También esos cuadrúpedos tranquilos que mientras no te acerques demasiado se dejan retratar pastando indiferentes.
Cuando se disfruta del día, apenas quedan retazos de palabras en la mente para definir los momentos vividos. Se quedan impregnados en la mente y se distribuyen como un torrente por todos los poros de la piel.Además, si el día termina con una buena y agradable comida en compañía, el gozo ya es indescriptible.
Poco más pues de este día que es de los que siempre se quieren repetir.
LABIANO-3ªETAPA VUELTA A LA CUENCA
Un manto de niebla nos ha recibido al bajar del autobús. Las caras de frio se contraen en esta mañana invernal, pero es un espejismo. Poco a poco la niebla se va desdibujando conforme subimos un poco, hoy muy poco, y el manto se queda a nuestros pies, mientras transitamos por las estribaciones de la sierra de Tajonar.
El calor poco a poco se adueña de nuestro cuerpo, aunque algunos nos resistimos a despojarnos de todas la capas que llevamos encima.
Unas fotos de la niebla sobre el valle, el desplazamiento suave sobre los caminos marcados, el almuerzo y cruzar la civilización para de nuevo sobre los caminos llegar al punto de destino.
Hoy la marcha ha terminado para algunos, sobre las 12 de la mañana. Otro grupo ha estirado el recorrido hasta Subiza, donde nos hemos relajado esperando la vuelta de ese grupo.
Poco más de si nos ha dado la mañana. Estando tan cerca de casa incluso hay quien ha optado por seguir su propio camino y llegar por sus medios
Estas marchas tan próximas a Pamplona están siendo un tanto extrañas. Si el tiempo se porta como este domingo se quedan cortas, y si las condiciones climáticas cambian, hay nieve, barro y hielo, la pesadez se adueña de nosotros, modificando tanto el recorrido que parece que estamos en otras latitudes.
A ver que nos depara la próxima salida por la cuenca. De momento para el siguiente domingo tenemos más lejanía, diferente paisaje y todo el día para caminar y charlar mientras comemos en compañía.
UZKITA-OLLETA
Finales de enero de 2024, la luz de la mañana nos trae reminiscencias de primavera a pesar del panorama nevado de los pirineos.
Algo más de mil metros mas abajo, la nieve que inundó los primeros días de enero el paisaje, ha desaparecido. Nos quedan todavía las ramas desnudas de los árboles para saber en que época estamos, pero en el cuerpo se nos aloja un halo de tristeza por ver como poco a poco el clima se calienta y nos deja horizontes en color donde debieran ser blancos .
Pero la ambivalencia de nuestros gustos, nos lleva a disfrutar de la mañana como si el tiempo no contara, como si estuviéramos en una indefinición climática, en una estación indeterminada.
Pasear con el sol sobre nuestras cabezas, y ver en la lejanía todo el horizonte que nos queda por recorrer, nos lena de gozo, nos lleva en volandas por las pistas y caminos que hemos elegido para la ocasión.
Después de subir a cuatro o cinco cotas, almorzar con el calorcito del sol y bajar hasta destino, nos ha dado tiempo de tomar el aperitivo antes de regresar con buen humor y recluirnos en nuestras casas.
Una mañana de invierno hecha primavera. Veremos que nos depara el próximo domingo.
BIOTZA-SAN ROMAN
Hay veces que tu cerebro está procesando una cosa y la realidad no tiene nada que ver. Cuando disparé para captar la instantánea de la portada, mi mente solo veía una montañera solitaria entre las rocas y las montañas del fondo enmarcando su figura anónima entre el recorrido y las lejanas cimas.
Pero al ver el resultado me encuentro no con más montañeros, sino tan solo con sus sombras que llenan el encuadre de tal manera que es imposible interpretar como soledad la caminante, a pesar de que es tan solo una persona la que aparece en movimiento.
Hay días que queremos estar solos en nuestro mundo, caminar con gente pero vivirlo en la intimidad, en un aislamiento casi virtual, cerca, pero lo suficientemente lejos como para sentir un retiro personal.
Ayer, además de estas sensaciones, tuvimos otras, más mundanas, más de tierra. El frio que penetraba al principio, se fue evaporando cuando el sol hizo su presencia. Saboreamos las pequeñas cumbres de la jornada con el ánimo inflamado, más propio de la primavera que del invierno. La luz provoca una euforia que nos llena de energía como si fuéramos también simples elementos necesitados de recarga, pequeñas piezas de un puzle que alguien ajeno las coloca sobre el terreno y les insufla vida.
Ayer vivimos otra ruta más, otro día recorriendo un perfil sinuoso que nos reportó un poco más de alegría, para continuar haciendo lo que nos gusta. Marchar por la montaña y disfruta de la naturaleza en buena compañía.