
Nos solemos quejar de los viajes largos para luego hacer pequeñas excursiones. El tiempo que nos queda desde la llegada hasta la terminación de la marcha suele ser escaso por la necesidad de llegar a una hora prudencial a comer
Pero este domingo, no se si por el clima , por el sol o por que extraña circunstancia, la alegría ha sido la tónica del grupo. El disfrute de una mañana fresca en la que el sol estaba presente, a pesar de la niebla que de vez en cuando nos ocultaba, le ha dado a la marcha un punto de alegría como hacía días que no percibía.
Parece que sentir la luz sobre nuestros oscuros cuerpos nos revitaliza y nos pone un punto de humor que trivializa todo lo demás.
Espero que este sentimiento de alegría nos dure y que sigamos disfrutando independientemente del recorrido, del tiempo atmosférico y de las dificultades del terreno que seguro nos esperan en días venideros.
Ahora, a ver las fotos y a recordar los momentos vividos.
Muy de acuerdo Iosu. Como siempre lo clavas