Otra vez el asalto al castillo ha tenido final feliz. Las nubes le daban a la mañana un semblante taciturno, triste, pero poco a poco, el sol ha hecho su presencia dejando un panorama precioso para fotografiar todo el recorrido de nuestra marcha.
como siempre en estas excursiones, los grupos se van formando solos, por capacidad de sus componentes o por las ganas de llegar más rápido al destino. La dispersión es una consecuencia de ello.
Pero al final, todos los que quieren llegan, incluso los más atrevidos que retuercen la ruta para llegar con más kilómetros y más desnivel en las piernas.
Después tan solo queda el regreso, la bajada, que suele dar de vez en cuando algún susto, pero que casi siempre queda en nada.
Como antigua compañera de montaña Amaya, mis condolencias a todos. Y aunque he trasladado mi pésame a Asun y a…