UZKITA-OLLETA

Finales de enero de 2024, la luz de la mañana nos trae reminiscencias de primavera a pesar del panorama nevado de los pirineos.

Algo más de mil metros mas abajo, la nieve que inundó los primeros días de enero el paisaje, ha desaparecido. Nos quedan todavía las ramas desnudas de los árboles para saber en que época estamos, pero en el cuerpo se nos aloja un halo de tristeza por ver como poco a poco el clima se calienta y nos deja horizontes en color donde debieran ser blancos .

Pero la ambivalencia de nuestros gustos, nos lleva a disfrutar de la mañana como si el tiempo no contara, como si estuviéramos en una indefinición climática, en una estación indeterminada.

Pasear con el sol sobre nuestras cabezas, y ver en la lejanía todo el horizonte que nos queda por recorrer, nos lena de gozo, nos lleva en volandas por las pistas y caminos que hemos elegido para la ocasión.

Después de subir a cuatro o cinco cotas, almorzar con el calorcito del sol y bajar hasta destino, nos ha dado tiempo de tomar el aperitivo antes de regresar con buen humor y recluirnos en nuestras casas.

Una mañana de invierno hecha primavera. Veremos que nos depara el próximo domingo.

BIOTZA-SAN ROMAN

Hay veces que tu cerebro está procesando una cosa y la realidad no tiene nada que ver. Cuando disparé para captar la instantánea de la portada, mi mente solo veía una montañera solitaria entre las rocas y las montañas del fondo enmarcando su figura anónima entre el recorrido y las lejanas cimas.

Pero al ver el resultado me encuentro no con más montañeros, sino tan solo con sus sombras que llenan el encuadre de tal manera que es imposible interpretar como soledad la caminante, a pesar de que es tan solo una persona la que aparece en movimiento.

Hay días que queremos estar solos en nuestro mundo, caminar con gente pero vivirlo en la intimidad, en un aislamiento casi virtual, cerca, pero lo suficientemente lejos como para sentir un retiro personal.

Ayer, además de estas sensaciones, tuvimos otras, más mundanas, más de tierra. El frio que penetraba al principio, se fue evaporando cuando el sol hizo su presencia. Saboreamos las pequeñas cumbres de la jornada con el ánimo inflamado, más propio de la primavera que del invierno. La luz provoca una euforia que nos llena de energía como si fuéramos también simples elementos necesitados de recarga, pequeñas piezas de un puzle que alguien ajeno las coloca sobre el terreno y les insufla vida.

Ayer vivimos otra ruta más, otro día recorriendo un perfil sinuoso que nos reportó un poco más de alegría, para continuar haciendo lo que nos gusta. Marchar por la montaña y disfruta de la naturaleza en buena compañía.

GORRAIZ-LABIANO

Cerca no significa fácil. Cerca no significa suave. Cerca no significa sencillo. Esto es lo que destacaría de la ruta por la cuenca de Pamplona. No hay que buscar lugares alejados para pasar una mañana de invierno con todos los ingredientes de una etapa de montaña.Estar cerca de casa, no pasar de los 900 metros de altitud en las cotas por donde se transita, o hacerlo muchas veces por pistas, te puede dejar la impresión que el paseo es rutinario, corriente o aburrido y por eso algunos buscan la aventura lejos de lo que se divisa a simple vista. Esta mañana de domingo además, se han dado los ingredientes necesarios para que el recorrido se enrede un peldaño más al encontrar los caminos semi nevados, o llenos de ese barro que supura tras el deshielo, tan dificultosos en las subidas como peligrosos en las bajadas. Una aventura montañera en toda regla sin desplazarnos excesivamente por carretera. Y si echamos un vistazo a la luz que la mañana nos ha regalado, veremos amaneceres espectaculares entre las míticas montañas que se divisan en el recorrido tamizados por nuestras nubes, esas que apenas nos abandonan en todo el año, pero que de vez en cuando dejan resquicios de luz que transforman la orografía, que lo mismo iluminan un pueblo, o se esconden entre la montaña y atraviesan el bosque dejando irradiar el verde sobre el campo y el azul sobre una rendija abierta en el cielo.

Cerca significa también recorrer los espacios donde se va descubriendo la antigüedad, nuestra antigüedad. Lo que un día fuimos, para aprender y superar lo que ahora somos, para dejar también a los que nos sucedan nuestros pasos, nuestra forma de vida, de ver el mundo.

Cerca significa ponerse una meta y no cejar ante las adversidades del terreno. Vivirlo con prudencia, con respeto, pero con el ánimo de llegar donde uno quiere. Cerca en definitiva significa valorar lo que uno tiene y disfrutar de ello.

Y el próximo domingo, para cambiar, nos iremos un poco más lejos, pero con el mismo espíritu. Caminar por la montaña, por la naturaleza y disfrutar de la experiencia.

SIETE DE ENERO

Domingo 7 de enero. Son las siete de la mañana y cuando miro por la ventana la lluvia golpea sobre la farola de la calle. La luz que desprende la lámpara ilumina el agua que brilla con fuerza sobre la noche.

Dudo si salir a transitar por campos encharcados. Me siento, todavía tengo tiempo de reflexionar. Los compañeros de marcha no llegarán hasta las ocho a la salida señalada. Tengo tiempo. Vuelvo a mirar y parece que se va calmando el temporal.

Decido que se puede intentar. Salgo de casa provisto de varios forros y cubierto de la capa para la lluvia. Comienza a caer más agua pero ya estoy en la calle y decidido a sufrir las inclemencias.

Cuando comenzamos a caminar la noche todavía no ha desaparecido.Somos bultos entre la penumbra, silencios entre el ruido del aguacero.

Poco a poco la luz de la mañana nos va alumbrando y la lluvia también nos da una tregua. Ahora tenemos que tener cuidado con el terreno, empapado, con grandes charcos y lleno de barro. Parce que la excursión va a estar repleta de humedad.

Al alcanzar una cierta altitud, el panorama va cambiando completamente.La claridad de la madrugada unida a la nieve que vamos encontrando en el camino nos ilumina con fuerza, animando la marcha y el espíritu.

Una bocanada de placer se instala en nosotros cuando vamos pisando más nieve, mas blancura. Disfrutamos como niños entre el blanco paisaje y a ratos se nos une el sol para dar al ambiente un mayor atractivo.

Sintiendo el placer de esta mañana, el recuerdo se va a la primera hora. Quien iba a decir que estaríamos aquí, rodeados de blanco, deleitándonos con el recorrido.

Una vez recorridos los pequeños promontorios de la salida, la vuelta a los puntos de destino los hemos realizado con tranquilidad y sosiego. Algunos esforzados todavía han tenido ganas de subir un monte más para terminar la marcha dando un rodeo.

Una mañana magnífica es la conclusión de la expedición.

Hay que tenerlo en cuenta para otras ocasiones. Las caminatas hay que analizarlas siempre al final. Y el final y el principio hay que vivirlo para contarlo.