UZKITA-OLLETA

Finales de enero de 2024, la luz de la mañana nos trae reminiscencias de primavera a pesar del panorama nevado de los pirineos.

Algo más de mil metros mas abajo, la nieve que inundó los primeros días de enero el paisaje, ha desaparecido. Nos quedan todavía las ramas desnudas de los árboles para saber en que época estamos, pero en el cuerpo se nos aloja un halo de tristeza por ver como poco a poco el clima se calienta y nos deja horizontes en color donde debieran ser blancos .

Pero la ambivalencia de nuestros gustos, nos lleva a disfrutar de la mañana como si el tiempo no contara, como si estuviéramos en una indefinición climática, en una estación indeterminada.

Pasear con el sol sobre nuestras cabezas, y ver en la lejanía todo el horizonte que nos queda por recorrer, nos lena de gozo, nos lleva en volandas por las pistas y caminos que hemos elegido para la ocasión.

Después de subir a cuatro o cinco cotas, almorzar con el calorcito del sol y bajar hasta destino, nos ha dado tiempo de tomar el aperitivo antes de regresar con buen humor y recluirnos en nuestras casas.

Una mañana de invierno hecha primavera. Veremos que nos depara el próximo domingo.