LINZA-ACHERITO-LINZA

No hay días iguales en la montaña. Por más que repitas las distancias, los montes, los paisajes, cada día te sorprenderán cosas diferentes, situaciones nuevas que darán a la marcha distinto significado.

Influye el tiempo atmosférico, el tiempo lineal, ese que nos hace más viejos, acercándonos a pasos agigantados hacia la nada. También con quien caminas, el humor que gasten ese día, tus alegrías y tus tristezas.

Todo influye para sentir la montaña; distinta, diferente, pero siempre atractiva, siempre está ahí para sentir el calor o el frio de sus colinas, el aire apaciguador o cortante que emana en las aristas propensas a ello.

Hoy la niebla no nos ha permitido disfrutar de las distancias largas, pero si de las cortas, donde la vista del grupo se siente más cercana, mas armoniosa. Y al final, la cumbre, sin distracciones, solo ella, esperando al pelotón para decir tan solo ya has llegado, ya has cumplido tu propósito del día.

Y después de unos minutos de compenetración con la montaña, tan solo resta volver al principio, al relax tras el esfuerzo, a la calma y al recuerdo de lo realizado.

Para echar una vista atrás, unas fotos de 2018, LINZA -ACHERITO-OZA