UNZUÉ-2024-05-19

La mañana comienza lluviosa. Hay un ambiente de tormenta intermitente que presagia agua durante el recorrido.

Acompasamos el devenir del tiempo acoplando nuestra indumentaria para la ocasión. Bien provistos de chubasqueros y capas, nuestra meta primera, subir hasta la peña y mirar el panorama que se divisa cuando el tiempo lo permite. En esta ocasión, nada más llegar, un manto de niebla nos ha impedido disfrutar de pleno.

En estas mañanas primaverales, se turnan las tormentas y el sol, este nos ha acompañado durante un trecho del camino, poniendo un ligero rictus de alegría en los montañeros. Pero la alegría dura poco. Volver a sentir el cielo gris sobre las cabezas, volver a la sensación de la lluvia en cualquier momento. Pero el agua estaba al acecho sobre los matorrales, sobre las ramas bajas, a la altura de las piernas y el pecho, llenándonos de humedad la ropa durante un buen trecho.

Al final, después de hollar otra pequeña cima del recorrido y fuera ya de la espesura del bosque, el clima ha sido benigno y la ropa se ha ido secando.

Ha sido una mañana agradable e intensa por los alrededores de Unzué que la hemos terminado celebrando en camaradería el cumpleaños de varios compañeros de fatigas

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