MIRANDA DE ARGA-FALCES-2024-05-26

Comienza la mañana a despuntar. Apenas unas nubes por la lejanía. El día se presenta primaveral, con tendencia a proporcionar calorcito hacía el medio día.

La explosión de color está en pleno apogeo. El campo brilla, palpita de vida mientras nuestros pasos presurosos nos trasladan hacia destino.

Hoy sin grandes desniveles, paseamos sin apenas descanso entre las flores, el trigo madurando y la constante charla que nos lleva en volandas hasta el final del recorrido.

Una ruta sin historia pero quedará en el recuerdo por el colorido, el clima y la tranquilidad del paseo.

ARANO-2024-05-12

Texto y fotos: Yanira Calvo Ilundain

Querido y amable lector:
Hemos permanecido separados demasiado tiempo, al fin, he regresado a la montaña.
Aunque he de confesar, que soy de las que en ocasiones falla, indudablemente sois fuente de una alegría inesperada. Tanto la naturaleza sorprendente y oscilante, como la dulce compañía de los paseantes.
A ésta autora le parece que, no sería gentil por mi parte, cambiar el hábito de un talante escritor y fotógrafo por una breve ausencia.
Por ello he decidido relatar brevemente, la magnífica experiencia. La cual, aunque pasada por agua, no evitó sin lugar a dudas, una armoniosa y divertida jornada. En la que, por supuesto, hubo charlas, chistes e irrintzis varios.
Esta ocasión concreta, entre frondosos bosques de alerces y hayas. Más propias de un cuento, cuanto menos penetrante. Entre melancólico y mágico, debido a la densa niebla acompañante.
No obstante, ingeniosamente reveladora de lo pequeño, lo cercano, LO IMPORTANTE. Reparamos en los detalles que la vida ofrece, como el musgo estrellado o sphagnum, como diría Javier, que le hace a una imaginar, un merecido descanso.
Tras una caminata txirimiresca, no pudo faltar la alegría en la comida de Arano. Con «El mejor rabo que he comido nunca», como dijo Dori…DE TORO, DE TORO, ¡hay esas mentes!…
O las alubias, desde luego saciantes. Sin ausencia alguna de  las risas en las mesas, con sus ineludibles cartas.
Una vez más, disfrutamos, sobre todo, de la grata compañía.
Aunque, desde luego, se notó la ausencia de muchos, que por diversas causas no pudieron acompañarnos.
Por ello y en resumen, Gracias Amaya Montaña.
PD: ¡NO CORRAIS CABRONES!, como diría Puy, que aún tenemos muchas cimas por coronar y disfrutar juntos ¡OTRA VEZ MÁS!.  

UNZUÉ-2024-05-19

La mañana comienza lluviosa. Hay un ambiente de tormenta intermitente que presagia agua durante el recorrido.

Acompasamos el devenir del tiempo acoplando nuestra indumentaria para la ocasión. Bien provistos de chubasqueros y capas, nuestra meta primera, subir hasta la peña y mirar el panorama que se divisa cuando el tiempo lo permite. En esta ocasión, nada más llegar, un manto de niebla nos ha impedido disfrutar de pleno.

En estas mañanas primaverales, se turnan las tormentas y el sol, este nos ha acompañado durante un trecho del camino, poniendo un ligero rictus de alegría en los montañeros. Pero la alegría dura poco. Volver a sentir el cielo gris sobre las cabezas, volver a la sensación de la lluvia en cualquier momento. Pero el agua estaba al acecho sobre los matorrales, sobre las ramas bajas, a la altura de las piernas y el pecho, llenándonos de humedad la ropa durante un buen trecho.

Al final, después de hollar otra pequeña cima del recorrido y fuera ya de la espesura del bosque, el clima ha sido benigno y la ropa se ha ido secando.

Ha sido una mañana agradable e intensa por los alrededores de Unzué que la hemos terminado celebrando en camaradería el cumpleaños de varios compañeros de fatigas

AZANZA-OCHOVI

Seguimos recorriendo la Cuenca. Una mañana primaveral que presagiaba tormenta, pero que no ha terminado de reventar. Un paisaje conocido, recorrido muchas veces, pero que siempre es distinto por el clima, por las fechas y por la compañía. Una compañía muy acoplada, que nos ha permitido transitar sin pausa intentando recorrer el itinerario en el menor tiempo posible y a la vez disfrutar de la propia caminata.

Hoy pocas palabras, pocas fotos para el recuerdo. Tan solo las necesarias para revivir los momentos que quedarán en la memoria de otro recorrido, de otra mañana por los montes de nuestra cercana tierra.