La imprudencia es más peligrosa que las piedras sueltas que jalonan los caminos rumbo a la cumbre.
También el tiempo, si te empeñas en hacer records independientemente de la dificultad de la ruta.
Y la obsesión de llegar aunque tus facultades estén mermadas por no descansar lo suficiente o por alguna enfermedad.
Ayer nada de esto pasó y subimos hasta la cumbre para gozar un día más, de los amplios paisajes que nos depara el pirineo.
El próximo domingo terminará la odisea pirenaica de este 2022 y desde aquí, un saludo a las personas que este año han sido compañeras de excursión y de autobús.
Que nos volvamos a ver en estas situaciones el próximo año.
Como antigua compañera de montaña Amaya, mis condolencias a todos. Y aunque he trasladado mi pésame a Asun y a…