La vida sigue a pesar de los negros
augurios que el humo nos traslada.
Hoy nos hemos alejado, el norte
no ha sentido el rigor de los fuegos.
La cercana placidez de sus paisajes
nos ha reconfortado el ánimo,
nos ha identificado con la montaña.
Nos ha hecho ver con más claridad
la importancia de cuidar lo nuestro,
el entorno donde nuestra afición
está en constante riesgo de muerte.
Mantengamos nuestro hábitat verde
para seguir disfrutando como ayer.
Como antigua compañera de montaña Amaya, mis condolencias a todos. Y aunque he trasladado mi pésame a Asun y a…