Un escalofrío de decepción me ha recorrido el cuerpo durante el trayecto hacia la ruta del domingo. Por momentos apenas se divisaban los tramos de carretera y una densa niebla borraba del paisaje pueblos y montañas.
Una vez puestos en pie y con la vista en el insípido horizonte, nos hemos dirigido hacia las cumbres que teníamos en mente, aunque por el aspecto de la mañana, las cumbres se iban a quedar sin alguna de nuestras pisadas.
Pero a pocos pasos de comenzar la marcha lo que parecía que iba a durar toda la mañana, se ha comenzado a disipar y en pocos minutos la luz de la mañana ha hecho su aparición proporcionando un paisaje encantador que ha proporcionado un halo de alegría en la marcha.
Así hemos podido disfrutar de las vistas mientras paso a paso completábamos el recorrido en grupos donde cada uno ha dispuesto lo más conveniente para sus ganas y fuerzas.
Una preciosa mañana acompañada de una comida agradable en el pueblo de Matute, que nos proporciona adrenalina suficiente para pasar la semana y volver a pisar las cumbres otra jornada más.
Como antigua compañera de montaña Amaya, mis condolencias a todos. Y aunque he trasladado mi pésame a Asun y a…