enero 21, 2025

Fago se me ha clavado como una espina en la piel. Mis recuerdos son casi siempre angustiosos desde la primera vez, desde que los matorrales hicieron sangrar las piernas desprovistas de vestimenta.

Hoy, aunque el día ha sido más redondo, más agradable, más llevadero, no lo ha sido para todos. Los rasguños por la maleza han vuelto a resurgir, a dejar señales en los brazos desnudos, un pequeño accidente ha hecho sangrar a un compañero y en el fragor de la batalla, han caído presos de la naturaleza esquiva, tres montañeros perdidos por los caminos adyacentes  a la ruta principal.

Un día con claroscuros que pone un hándicap más para pensar si hay que volver a pasear por las inmediaciones de Fago, aunque al final, todo haya quedado en una aventurilla.

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