LONGAS-2023-02-19

Perdido entre carreteras imposibles, hemos encontrado el punto de salida de nuestra marcha. Lo que no hemos disfrutado llegando lo hemos disfrutado andando. Alguno ya habíamos recorrido estas tierras hace algún año, y no nos han defraudado. Son paisajes para disfrutar subiendo y bajando, sintiendo en rio a cada paso mientras oyes el sonido de su caudal, de sus pequeñas cascadas y observas su color característico.

Y una vez sales de la maraña de árboles y arbustos que circundan el rio, cuando llegas a la ermita y subes a las cimas que la custodian, el paisaje se ensancha, se hace horizonte conocido dibujando los pirineos  a golpe de objetivo. Porque no se puede uno marchar sin obtener una visión panorámica tanto a través de los ojos, como encerrada en el sensor fotográfico

Terminar un día sin una comida en el propio pueblo habría sido una ofensa al paisaje y al paisanaje. Por ello, así lo terminamos, disfrutando igualmente de las viandas servidas.

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