La Juventud de la vida se alza sobre las sombras que todavía quedan agazapadas del último invierno. Las diminutas flores van explotando, van saliendo a la luz primaveral mientras los insectos se alimentan de su sustancia.
Entre los insectos y las flores
inundados por la luz primaveral,
dirigimos nuestros tránsitos
en busca de las altas cumbres
desde donde posar la mirada
hacia el extenso y lejano panorama.
Un soplo de enardecida vitalidad
recorre nuestras inflamadas arterias
haciéndonos participes también
del entorno que nos rodea.
Somos pura vida en movimiento
indagando paso a paso hacia el más allá
Como antigua compañera de montaña Amaya, mis condolencias a todos. Y aunque he trasladado mi pésame a Asun y a…