Si lo tienes cerca, déjalo, siempre puedes hacerlo. Eso nos lo planteamos más de una vez y casi siempre el dejarlo para otro momento se convierte en no hacerlo nunca.
Casi nos pasa a más de uno este último domingo del año. La subida a Ezcaba, al fuerte San Cristobal por Berriosuso, para algunos, siempre ha estado en el punto de mira, pero por unas causas u otras, el camino seguía inexplorado, esperando nuestro pasos.
Ayer fue el día, y la experiencia estuvo agradable a pesar de la niebla que nos acompañó durante casi todo el recorrido de subida. Y digo casi todo, porque en estas mañanas donde la niebla se posa sobre los valles, se va difuminando y se pierde en las aturas, posibilitando ver mucho más que a tus compañeros de fatigas. La vista alcanza todos los montes que rodean Pamplona y llega hasta los pirineos, eso si, un poco brumosos y pequeños.
Después de pisar la cima, la bajada hasta Arre fue tranquila y brumosa, con algún núcleo de barro para sentir el invierno en nuestros pies y poder llegar a destino como buenos montañeros.Poco más dio de si este último domingo del año, un pequeño refrigerio entre las entrañas de Villava y el adiós hasta el próximo domingo, que será también la primera salida de 2025. Y os dejo la rima del año para cuando nos volvamos a ver, queridos todos y todas.